miércoles, 2 de octubre de 2013

30 años de democracia: Se acercan las elecciones.

¿A quién votarías en octubre?



Si bien vivimos en un sistema hegemónico que no nos permite poder efectuar materialmente modelos alternativos de organización política, social y económica, que constantemente nos socializa y hace reproducir acciones que contribuyen como fomento a la persistencia del modelo mismo; no hay que olvidar las condiciones deseables de organización a las que queremos llegar aunque las condiciones posibles no sean hoy las adecuadas. El horizonte siempre tiene que estar claro: Tiene que haber mejor distribución de las ganancias, menos explotación, empresas en manos de los trabajadores y cuidado del mediambiente, por ejemplo, entre las cosas necesarias a las que hoy no se le prestan atención.
El discurso hegemónico de la presidencia está sostenido hoy por la palabra certificada de decenas de intelectuales pagos para trabajar de la siguiente manera: Otorgar la licencia política desde lo que se presume que es la "intelectualidad argentina", quienes trabajan sobretodo a través de la televisíon pública. Este grupo que es orgánico al oficialismo, es orgánico a mostrar una media verdad sobre la realidad actual y sobre la construcción de la historia, todo en pos de justificar el orden dado. No podemos quedarnos con esto: ¡Todo está por construirse! El kirchnerismo no es el fin de la historia ni mucho menos. Es necesario develar el corporativismo y la corrupción entramada que existe y no naturalizarla.
La postmodernidad vigente en la política contiene un discurso light que nos hace estar cada vez más adormecidos y resignados a la negativa de cambio en nuestras relaciones sociales y en las características del poder actual. Eso no es así.
No hay 30 años de democracia que festejar si todavía hay niños que pasan hambre en nuestro país.
Sin embargo es necesario mantener un sentido crítico sobre las alternativas que se nos presentan al gobierno oficial. ¿Qué otra cosa nos ofrecen? Un discurso vacío, que sin dudas encubre un interés de clase mucho más radical que el gobierno actual, con un sesgo más conservador y neoliberal, aún. Necesariamente todo interés va de la mano de una ideología, la política sin ideología no existe. La ideología de la derecha es seguir marcando más aún las consecuencias del capitalismo global y sacar un provecho de eso, es decir, de la mayoría de los sectores de la sociedad menos favorecidos. Esos grupos de poder tampoco nos sirven. No nos sirve ni un PRO, ni una democracia cristiana, ni una clase política archigastada. La lealtad dogmática servida a un líder no nos va a sacar de la opresión de clases, el voluntarismo militante clientelar tampoco.
Lo peor que podríamos hacer es resignarnos al mal menor (Sobre el cual no tenemos tampoco garantías que sea "el menor" precisamente). Es necesario apoderarse del poder que tiene cada uno, participando, pero no sólo en las elecciones. No considero que las elecciones vayan a cambiar significativamente las cosas.
La derecha liberal es opuesta totalmente a los ideales democráticos. Es necesario construir una izquierda latinoamericana unida.
Muchas de las personas que participan en la política sí ven a las elecciones un medio posible para hacer cambios; y entre ellos se encuentran quienes nos ofrecen proyectos de gobierno participativo que son muy favorables a la clase trabajadora.
Prestemos atención a qué otros candidatos, a aquellos que no tienen una fortuna para andar haciendo campaña,  van a elecciones. Ciudadanos que pertenecen al barro y la pelean diariamente y sobreviven como muchos de nosotros lo hacemos, con mucho esfuerzo, sin ventajas ni prerrogativas provenientes de ninguna transa.
No dejemos que la razón instrumental y la filosofía neoliberal nos automatice y haga de nosotros un mercado descerebrado de masas de votantes.
Nuestra integridad humana lo exige y tenemos que construir un sistema más apto a nuestras necesidades y orientada a nuestro goce colectivo, despojándonos de las relaciones que nos deshumanizan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario