El asunto es que, mientras leía un texto aleatorio, encontré una cita que me recordó (no porque se ajustara del todo a la situación sobre la cual voy a hablar, sino que me sirvió como puntapié inicial para hacerlo), al poder de movilización que tiene el fútbol, la capacidad que tiene de masificar comportamientos y sumar voluntades, independientemente se entienda más o menos de fútbol, se pertenezca a cualquier sector social. etc.
"El triunfo del ideal nacional a través del mundo ha demostrado la ausencia de cualquier correspondencia necesaria entre sistema e impacto; entre la profundidad intelectual y el alcance de una ideología y su poder de movilización en el mundo moderno" (ANDERSON, 2006)
El autor habla del ideal nacional como justificación del orden establecido, y sobre lo cual agrego y destaco el papel que juegan las masas en ese papel activo de legitimación, adonde no es, estéticamente, un gobierno que pone sus pies forzadamente sobre las cabezas de las clases dominadas, sino una forma de ejercicio efectivo de la propia dominación por parte de los dominados.
El fútbol se vuelve una amalgama que envuelve, abraza y contiene cualquier bronca popular o no popular que pudiera estar latente. Es un motivo de alegría que trasciende los flagelos y dificultades de la cotidianidad.
¡Es increíble!
Un evento bien promocionado, bien visto, donde, por la nación, resulta un acto de patriotismo: para la gente, ponerse la camiseta y levantar banderas, y para el Estado, pagar millones de pesos diarios para transmitir de forma pública y gratuita los partidos del mundial, por dar algunos ejemplos. Si Argentina juega el mundial, eso toma preeminencia ante la inflación, ante el presunto riesgo de déficit fiscal por los Fondos Buitres, etc. (Y en estas coyunturas el hilo siempre se corta por lo más fino, va a haber gente que lo va a sufrir más. Pero a los ojos del patriotismo eso no importa. No en la agenda de hoy), por dar otros ejemplos entre varios.Lo que quiero decir es, qué llamativo ver que la ideología hace su trabajo como corresponde: En nombre de lo nacional y patriótico, estimula el consumo, otorga "concesiones" a la gente, como acortar la jornada de trabajo para ver el partido. Rodearte de todo esto te provoca una sensación de que las cosas están bien... la selección estaba llegando a la final... Quién te decía que, ¡Hasta podíamos salir campeones!
Destaco todo esto porque adhiero a la concepción gramsciana sobre la ideología como una herramienta fundamental de la dirigencia: Valores, sentimientos y tradiciones que se bajan a la población por medio de las instituciones de la sociedad civil, el ámbito de lo privado y lo (expresado como) "no político"; sector íntimamente ligado sin embargo a la sociedad política, la que toma decisiones y hace acuerdos, sobretodo a través del Estado. Podemos verlo de un modo más "concreto" con la bienvenida que le brindó el plantel de Cristina Fernández a la Selección durante esta mañana. (ANÓNIMO, 2014)
¡Qué bueno! Ahora bien, el mundo sigue girando y la realidad sigue su curso. La FIFA y el gobierno de Brasil (entre otros) lograron que millones de personas estuvieran pendientes de la pelota con el fondo verde pasto, y lo que pasaba alrededor de eso. Al menos esta vez y sobretodo hasta antes del mundial, se hicieron sentir los reclamos del pueblo brasilero ante el proceder relajado del Estado de Brasil en invertir en toda la infraestructura necesaria para que se desarrollara el mundial con normalidad, sin importarles demasiado sobre resolver las condiciones estructurales paupérrimas en salud, trabajo y educación que castigan a buena parte de la población. Como lo expresaba la presidente Dilma Rousseff : "la gran mayoría de la inversión pública en el Mundial "es para Brasil" y no para la competición en sí." (ANÓNIMO, 2014).
Diciendo esto, advierto: Que viva el fútbol, que vivan la selección argentina, Messi, Mascherano y Romero.
Pero no perdamos de vista el "espíritu" que se resguarda detrás del espíritu visible, el espíritu patriótico. Ese espíritu es el espíritu neoliberal y empresarial, el espíritu del marketing, que te dice que sos libre de irte en combi a Brasil a tomar caipirinha a la playa mientras ves el partido en vivo en pantalla gigante, el espíritu que te dice que te compres la camiseta y la vuvuzela y que no le dés pelota a las bombas que caen sobre Gaza, que te muestran como héroes a los delanteros de la selección, cosa que difícilmente puede hacerse también, hoy, con nuestro vice-presidente Amado Boudou, quien se encuentra procesado por corrupción.
Que la pasión no se encuentre en alienación. Que el disfrute no equivalga a enceguecimiento.
Que la ideología del patriotismo, de lo nacional, no garantice tan bien tu dominación y te ofusque de las cosas que de verdad condicionan tu vida.
Referencias:
- ANDERSON, Perry (2006): "Las ideas y la acción política en el cambio histórico"
- ANÓNIMO (2014): "Cristina recibió a los jugadores porque "le taparon la boca a muchos" y reconoció que no vio ningún partido". Disponible en http://www.clarin.com/politica/Cristina-jugadores-taparon-reconocio-partido_0_1174682791.html [Consultado el 14/07/2014]
- ANÓNIMO (2014): "Rousseff defiende el legado del Mundial ante las críticas". Disponible en http://elperiodico.com.gt/es/20140604/elmundo/248663/ [Consultado el 14/07/2014]
- Op. cit: "Alentando a la seleccion en villa maria (cba)" Disponible en http://tn-ar.cdncmd.com/sites/default/files/imagecache/970x545-nocrop/2014/06/29/dsc_0086.jpg" [Consultado el 14/07/2014]
- GRAMSCI, Antonio (1986): “Cuadernos de la cárcel: El Risorgimento”, Juan Pablos editor, México
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